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De Goya a París sin Escalas, Arte de Alto Vuelo de Juan Cruz Matarín

07/11/2019

 

Juan Cruz Matarín es un artista plástico goyano, que con un talento natural crea obras que asombran tanto al público casual como al ojo especializado. Autodidacta y de un carácter tranquilo, Juan Cruz emplea diversos materiales a la hora de trabajar y el éxito con sus obras lo llevaron a exponer en el museo del Louvre en Paris.

Sus obras tienen ese sorprendente toque de alguien que se consideraba a sí mismo como un “recién llegado…, un autodidacta”.

Sin pertenecer por entero a algún grupo y encasillarse en algún estilo; por lo general pinta al óleo.

“Sorprendido y agradecido de estar acá, todo esto es muy reciente” dice mientras revela que su profesión es, en realidad, la de contador público, licenciado en Relación de Empresas; qué se dedica a la parte pública en su trabajo de la Municipalidad de Goya y que también trabaja en la ganadería.

“Recientemente volví a pintar”, cuenta Juan Cruz, y agrega que para conocer sus obras y catalogarlas, “hay que verlas, no tienen un estilo definido, no es abstracto, no es como una foto ni es Realismo”. “Cada obra es distinta, pero tienen mi esencia y sentimientos puestas en ella, entonces la gente podrá tratar de entenderme”, explica al referirse a esta característica polisémica y subjetiva que tiene el arte y la imagen en particular. “Cada persona ve distinto en cada obra”, remata.

La afirmación con que inicia el párrafo anterior indica que la faceta artística quedó inactiva durante un tiempo, nada más ni nada menos que por 15 años. En ese tiempo “crecí en otros aspectos de la vida, y como profesional ahora retomo (el arte) con otro impulso y motivación”, confiesa Matarín.

Esta vuelta a las bases lo consiguió gracias a familiares y a momentos dolorosos que le tocó vivir. “Volqué mucho amor y sentimiento en esas obras…hay que tratar de ver la luz en las sombras”, sugiere.

Esta veta artística lo llevó a la ciudad de las luces: Paris, al museo del Louvre, por medio de una galería en Buenos Aires que lo contactó “porque le llamó la atención el proceso de una de mis obras realizada en pana y lápices acuarelables”.

Una de las obras se la quedó la galerista para su colección personal y eligió otras siete obras que estuvieron expuestas en este museo de jerarquía mundial.

Matarín también tiene su lado místico y a su positivismo se le suma su creencia en la esencia, en la mala o buena “vibra” de la gente.

También cree en la solidaridad, como motor para alcanzar la buena suerte, y es en este sentido que parte del dinero que recauda con la venta de sus cuadros lo dona a la caridad. “Mi vida es así…a veces con pequeños gestos se puede hacer mucho para la sociedad”, asegura.

Estas vivencias las comentó el artista plástico goyano ante micrófonos de la 88.3 RADIO CIUDAD, donde también señaló que expone las imágenes de sus obras en un libro artesanalmente encuadernado.