En su charla destacó que el trabajo de la mujer ama de casa equivaldría al 42 por ciento del producto bruto interno de la Argentina. Y que, a lo largo de la historia, la mujer ha sido transformada en un “recurso económico” de la sociedad que ha contribuido.

Este domingo en la edición 2022 de la Feria del Libro de Goya, la marplatense María Florencia Freijo presentó “(Mal) Educadas”, un libro que tiene como fin ayudar a todas las mujeres a “reescribir” su historia.

 

En el libro (Mal) Educadas, Florencia Freijo pretende dar voz a la historia silenciada de las mujeres. Dentro de su texto reflejó que las mujeres nacieron para limitar su poder y sus oportunidades de expansión, y a su vez, desde la educación formal e informal, fueron preparadas únicamente para amar y no estar “solas”.

Al presentar su libro en Goya, hubo una importante concurrencia. Freijo destacó la presencia de muchos hombres en esa charla.

En los párrafos centrales: “Se abrió el debate de cómo vivimos las mujeres. Lo que sucede en la sociedad es que logramos poder hablar de la violencia que vivimos más allá de lo que salían en la noticia. Más allá del femicidio, podemos hablar de desigualdad de las mujeres que hacen política, de lo que pasan las mujeres en un lugar de trabajo. A mí me interesa todo lo que tiene que ver con trabajo doméstico, empleo doméstico y volver a revalorizar el trabajo. Ese trabajo que han hecho las abuelas y que siguen haciendo un montón de mujeres es el trabajo que mueve al mundo. Esta frase del trabajo que mueva al mundo no es solo una frase sino efectivamente el trabajo de sostenimiento de la familia, el trabajo de los cuidados de los miembros de la familia, como niños y personas mayores, si se midiera dentro del PBI en Argentina representaría el 42 por ciento. Esto superaría las industrias que más aportan al producto bruto interno. Si tuviéramos que reemplazar ese trabajo: el de la maternidad; el de cuidar a los ancianos y niños, tendríamos que contratar a alguien eso saldría dinero. Hay muchas preguntas que nos tenemos que hacer como sociedad. Por ejemplo, esto de estar trabajando y cuidando; trabajando y teniendo el pensamiento constante de lo que llamo la carga mental”.

 

EL FEMNISMO

 

“Entendamos qué importante ha sido el feminismo porque al feminismo lo miramos con mala cara. Pero el feminismo ha sido la construcción teórica que nos ha posibilitado poner en palabras lo que vivimos las mujeres”, dijo.

“Se habla del empoderamiento de la mujer como algo que la mujer tiene que hacer sola, parece que salir en culo en internet es ser una mujer empoderada...Cuánto más desnuda la mujer más libre somos. La libertad de la mujer nunca es individual, la sociedad tiene tantos mecanismos que nos llevan a la dependencia. El empoderamiento tiene que ser social. La sociedad debe ponerla en un lugar de valor. Si no, esto nos suma una carga más. Tenemos que cuidar; tenemos que ser empleadas; tenemos que lograr posiciones de poder; poner límites y ser mujeres que nos llevamos el mundo adelante. Es un montón a lo que la sociedad nos pide”

 

LOS SESGOS

 

“Mi primer libro, que se llama “Solas”, que no es tan conocido, era como una radiografía actual de lo que las cifras me decían. Los datos me permiten ver realmente que a veces tenemos las opiniones que tenemos con un sesgo previo. Los sesgos son ideas, son como un anteojo con el cual recortamos la información que nos dan. Por ejemplo, si me vieran acá dando la charla, vestida con mini falda y luciera toda voluptuosa, estarían pensando que no puedo ser tan inteligente para estar en esta posición. Es lo que pasa con Sol Pérez en los noticieros. Hay un montón de comentarios en las redes sobre ella. Dicen “ay, esta chica no le da para el noticiero”. Es el estereotipo de la mujer que cumple con cierta vestimenta y que cumple el rol sexual al que se nos ha llevado a las mujeres históricamente. Es el valor de la mujer bella, sexual. Es algo que se nos pide. Basta ver en las redes sociales cómo las mujeres se exponen. Hay una híper sexualización de la mujer. Esto comienza a temprana edad. El tema es que eso construye un estereotipo y desde eso hay información que cargamos de que la mujer no puede ser otra cosa que ese mandato sexual. Eso es el sesgo. Es la mirada”.

 

JOHN Y JENIFER

 

“Se hizo un estudio en una universidad alemana. Participaron docentes y científicos, tanto varones como mujeres. Se les pidió a ellos que eligieran un ayudante. Se les preguntó a quién elegirían y se les dio varios curriculums. Entre ellos había algo particular. Los curriculum tenían la misma carga educativa, la misma experiencia, casi la misma edad, aportaban la misma cosa. Pero la diferencia era algunos de los postulantes a ayudante se llamaba John y otros Jennifer. Es el efecto John y Jennifer. En estos estudios encontraron que tanto hombres como mujeres, valoraban más positivamente a John y les ofrecían una mayor cantidad de dinero. También le permitían la posibilidad de acceder a más información. Ellos como docentes cuando tenían que escribir ante la recepción del curriculum le daban más información sobre cómo iba a ser el trabajo en el laboratorio. Los docentes estaban más dispuestos más a John que a Jennifer. Cuando se les mostró los resultados, los docentes tuvieron una reacción de resistencia, creían en la igualdad. Asi como todos estamos seguros que no caemos en esta mirada de la desigualdad; la mirada con la que fuimos educados y educadas. Las opiniones las tenemos desde un sesgo previo”.

 

RECURSO NATURAL

 

“En el neolítico, el intercambio de mujeres tuvo que ver con la solidaridad y cohesión social. Esta práctica que comienza a ser recurrente y que sigue hasta el día de hoy en las comunidades gitanas y judías. Donde existe el rol de la casamentera, donde el padre obliga a la hija a casarse con alguien que no le gusta. Esto sigue hoy. A veces olvidamos las prácticas culturales que tenemos, solemos pensar que esas prácticas están en medio Oriente. La conservación del estatus social es una práctica fundacional de la sociedad. La sociedad se crea a través del intercambio de mujeres. Se empezó a generar en el imaginario social algo del orden de poner a la mujer en el rol de recurso natural. Las sociedades pudieron enriquecerse gracias al cuerpo de las mujeres. Esto no es que opino yo como feminazi, esto son cosas que se han estudiado, esto es algo que paso no es una opinión mía. Cuando empezamos a ver la sociedad más civilizada”, dijo.