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Testimonio en primera persona del trabajo médico
Hospital de Campaña
TESTIMONIO EN PRIMERA PERSONA DEL TRABAJO MÉDICO
Con la necesidad de prestar colaboración, asistencia a los pacientes y la necesaria ayuda y auxilio a los integrantes de ese enorme equipo de Salud, un médico de la ciudad de Goya presta su solidaria colaboración en el Hospital de Campaña, cuenta esa experiencia desde adentro.
Documento que envía a modo de carta a su colega médico, el Director de APS Emilio Martínez:
La carta de referencia empieza: “Querido Amigo; como te contaba, hace un par de semanas recibí la orden de ir a cubrir guardias en el Hospital de Campañas (COVID) de la provincia…
Imagínate que, siendo ginecólogo como vos, al principio me costó encontrarme en ese lugar.
Al conocer a mis nuevos compañeros, -prosigue en su relato- me di cuenta que ellos tampoco eran terapistas, ni clínicos, ni neumonólogos; éramos quizás la segunda línea de este ejército que el personal de salud formal.
Contando sus anhelos y deseos: “Espero que esta movida, sea una manera de debilitar al virus, cansándolo con nuevas energías, mientras que los que se formaron para esta batalla, aún sin saberlo, juntan fuerzas, se reagrupan, y vuelven para vencer a este enemigo invisible, que nos acecha, que nos acorrala, que nos hace claudicar a veces, pero que, de ninguna manera, va a lograr abatirnos.”
Para remarcar todas las sensaciones vividas desde dentro: “Como hijo, nieto, bisnieto, amigo de goyanos, me causó mucho dolor escuchar reiteradas llamadas de los que están en las trincheras presentando pacientes para internación en el sector de Clínica Médica (donde fui asignado), con apellidos nuestros… uno tras otro… Monzón, Cuevas, González, Alfonzo, Bataglia, Chamorro, López, Maidana…
En su carta los internados hasta parecen ser más conocido de lo que imaginaba, si hasta puede ser su vecino: “Pensaba mientras escuchaba, ¿será el vecino de mis viejos?, ¿o el que vive frente a la cancha de Matienzo, o la que era la portera de la Escuela Graduada? ¿Será el profe de contabilidad? ¿Mi compañero de secundario en la Escuela de Comercio?...
“Los pasillos fríos de este lugar, te conducen a las salas de internación. Son enormes, de hasta 30 camas algunas. Nuestra gente se encuentra seguramente con otros del interior como su nuevo vecino, ya que en las últimas semanas el interior de la provincia, nutrió de la mayoría de internados a este hospital.”
Para poner en situación estado clínico y franja etaria: “Repasando las historias clínicas, y confiando que mis compañeros anotaron correctamente el domicilio de procedencia encontré a 10 goyanos. 81 años el mayor, 28 el más joven. Aclaro que no accedí a la lista de terapia intensiva, ni a otras salas donde se internan pacientes que no requieren “tanta atención”.”
Con un unísono pedido: “Cuídense; pediles a todos los que puedas, que lo hagan. Solo estando acá adentro, se alcanza a percibir la verdadera situación. Difícil explicarte cuánto dolor causa el ver los ojos de alguien con sed de aire. Si, aire, tan simple para los que respiramos sin dificultad.
Barbijos bien colocados, distanciamiento, evitar salir sin necesidad, evitar reuniones sociales; ¡no es tan difícil! Un año y más pasó, y no podemos convencernos. El que pueda vacunarse que se vacune, creo que en ese camino vamos bien.”
“No quiero pensar que pasará si la situación se complica, no sé quiénes formarán parte de la 3era línea de defensa. ¿Sigue atendiendo Don Pita por la calle Corrientes?
Hoy somos todos personal de salud, más o menos entrenados. No sé qué queda después.”
Para finalizar con un saludo cargado de emociones: “Te mando un abrazo (virtual por supuesto). Para lo que necesites, no dudes en llamar.
Saludos a tu gente, saludos a la mía.