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Municipalidad

Covid: ¿ Donde estamos parados?

30/05/2020

¿Dónde estamos? ¿Hacia dónde vamos? La primera pregunta es más fácil de responder que la segunda, por la sencilla razón de que al tener que caminar juntos, marchará también la incertidumbre de cómo reaccionarán los que van a mi lado. Pretendemos llegar a un destino de “normalidad social”, pero lastimosamente no puedo poner la mano en el fuego por el que viene a mi lado. Y sino, fíjense lo que pasó con lo del Paddle: se terminó de habilitar la actividad deportiva en modo single y algunas canchas hicieron caso omiso al protocolo. Podríamos citar otros ejemplos, pero traemos a este texto el más reciente. ¿Hacia dónde vamos? De vos depende. Lo único que te digo es que prefiero dar un paso adelante, y no dos atrás.
Seamos responsables en esta etapa para que no suceda como en Municipio de la Costa del Uruguay, que han retornado a la fase una.

¿Dónde estamos? En el lugar que nos permitió nuestro modo de afrontar la lucha contra este enemigo invisible y desconocido.

Han pasado más de 70 días desde la primera declaración de la Cuarentena, pero parecen tantos que hasta en el Diario COVID 19 se dificulta la búsqueda del día exacto de asilamiento. Lo cierto es que finalizamos el 5to mes y arrancamos los últimos 30 días de la primera mitad del año; este último tiempo consumido por alguien desconocido aun hasta hoy.

Es una obviedad si digo que hoy parece que estamos mejor preparados para enfrentar el pico de contagios que al comienzo del aislamiento social, preventivo y obligatorio. Porque ganamos tiempo. Porque actuamos rápido. Porque lo hicimos decididamente. No significa sin embargo que estemos en perfectas condiciones, pero hay más respiradores, más camas de terapia disponibles, médicos que van descifrando cotidianamente a aquello que se enfrentan, se ha construido la Sala Covid en el Hospital Regional Goya, el Hospital de Campaña en el Hogar Escuela, los aviones sanitarios para el traslado y principalmente, una ciudadanía con un alto nivel de concientización.

Desde esa Fase primaria, llamada en la expresión popular “cuarentena”, a esta etapa de Aislamiento Social, Preventiva, Obligatoria y Responsable”, han pasado tantas cosas.

Sabemos que tenemos que cuidarnos, y que haciéndolo también cuidamos a quien tenemos al lado. La solidaridad colectiva es el mejor instrumento que tenemos para mitigar la propagación del virus. El Gobierno tiene que hacer más, no tenemos dudas, pero el ámbito de la responsabilidad individual es importantísimo y depende de cada uno de nosotros.

Estas actitudes llevaron a los permitidos, en la primera fase la actividad comercial, con restricciones horarias, las gomerías, ferreterías y desde todo este tiempo farmacias y lugares de compra de elementos indispensables y el “encierro” obligatorio. Surgía la consigna Quédate en Casa, y también las ideas e iniciativas para cumplir con ese objetivo.

Etapa superada, que logró avanzar hacia otras fases y sin ser minuciosos, como diario de adolescentes. Llegó la obligatoriedad del Uso del Barbijo, tapaboca y la insistente recomendación de higienización con agua, jabón común, sumado a la colocación del alcohol en gel o la distribución preparada 30-70.


Ahora nos encuentra la fase 5, la más avanzada, que permite desde la actividad deportiva recreativa de caminatas, andar en bicicleta, reunión familiar o amistosa que no exceda a los 10 participantes y se viene la apertura de los gym, con todas las medidas y protocolo sanitario que se puede exigir. ¡Y lo bien que está! Porque en esta parte del aislamiento los únicos ejercicios que han abundado fueron los ejercitados con los cubiertos de la cocina. Por suerte también se permite la apertura de bares y restoranes, para recuperar las energías consumidas en el gimnasio o las caminatas.

Broma de lado; esto no significa que todo fue superado y que no debamos poner la preocupación de hablar de las responsabilidades y del día después.  No somos parte de un libro ya escrito y bastará con dar vuelta una página, terminar un capítulo y comenzar otro para vivir lo que será, con seguridad, una nueva Argentina.

Quizás como nunca antes vemos expuestas nuestras miserias. El dudoso talento que tenemos los argentinos para las soluciones provisionales no tiene nada que hacer contra los problemas estructurales que arrastramos hace años. La solidaridad y el compromiso cívico de la sociedad contrastan con las deudas históricas que tienen la política y los sectores económicos que influyen en la toma de decisiones.

El mensaje es simple y contundente: que las medidas de emergencia no sean una excusa para poner debajo de la alfombra nuestras dificultades crónicas. Cuanto más veamos las oportunidades que asoman detrás de esta crisis inédita, más se despejará el camino hacia la nueva normalidad que ya están experimentando los países que han logrado controlar la pandemia.

Las cartas están echadas y esta fase, la 5ta, después de 70 días, nos debe ayudar a pensar que el juego está de nuestro lado. Como ciudadanos demostremos tener la suficiente capacidad de juego solidario y colectivo, seamos socialmente responsables y juntos veremos que desde donde estamos, será más fácil saber hacia dónde vamos.